En la tercera entrega del videojuego, no basta con matar, la magia está en 'matar bonito'
Imagen cedida por Rockstar del videojuego 'Max Payne 3' EFE / Rockstar |
Madrid. (EFE) - Hace ocho años que el atormentado Max Payne no estrena título en las consolas, pero en marzo de 2012 verá la luz Max Payne 3, la tercera entrega de esta saga, que promete a los aficionados un shooter con aires cinematográficos, y toda la esencia del personaje que marcó un antes y un después en este tipo de juegos.
Los monólogos internos del protagonista, las cinemáticas con estética de novela gráfica y el llamado 'tiempo de bala', en el que los segundos se ralentizan para poder ver la trayectoria del proyectil, revolucionaron el género shooter allá por 2001, cuando Rockstar apoyó el lanzamiento de la primera entrega de 'Max Payne'.
En esta ocasión Rockstar, que ha mostrado estos días la primeras demos de 'Max Payne 3', ha asumido todo el proceso de desarrollo del juego, con todo lo que conlleva: el título no estará en las tiendas hasta que no esté perfecto. Y, mientras no esté a la venta, apenas se conocerán detalles sobre su argumento.
El reto que ha asumido el estudio responsable de franquicias tan emblemáticas como 'Grand Theft Auto' es dar a 'Max Payne' un halo de película y una imagen diferente a la que caracteriza a otros títulos del género de disparos.
Para ello, ha usado la tecnología 'Natural Motion' que ya empleara en 'GTA 4' o 'Red Dead Redemption', pero potenciada al máximo de manera que el peso de Payne sobre el escenario, sus caídas y sus movimientos al ser disparado resultan más reales que nunca.
El afán casi enfermizo de Rockstar por pulir hasta el último detalle cobra en 'Max Payne 3' una nueva dimensión. El personaje suda la camiseta a medida que se intensifica la acción, se pueden ver los poros de su piel y la textura de su barba y los escenarios son tan reales que el protagonista puede interactuar casi con cualquier objeto.
Del argumento poco han desvelado, tan solo que los ocho años que han transcurrido desde la última entrega han pasado también para Payne, que ha tenido que abandonar su tradicional escenario en Nueva York para mudarse a Brasil, donde es el jefe de seguridad del magnate inmobiliario Rodrigo Branco.
Los contrastes entre el Brasil rico y el pobre -inspirados por películas como Ciudad de Dios- servirán de escenario a Payne, perseguido por otros enemigos y atormentado por la pérdida de su mujer y su hijo que pesa sobre él desde hace años.
En 'Max Payne 3' no basta con matar, la magia está en "matar bonito", y recrearse con las artimañas del protagonista gracias a herramientas como el "tiempo de bala", que continúa presente, o la "kill cam" que permite ver a cámara lenta la muerte del último enemigo de cada escena.
El realismo es tal que, al contrario que en otros títulos del género, Payne no podrá usar más armas que las que pueda portar en cada momento, de manera que, si tiene en su poder una metralleta de largo alcance, deberá apañárselas con ella en la mano mientras dispara con su pistola.
El título parece que cumplirá el reto de adaptar la franquicia a los tiempos que corren sin deshacerse de la esencia que popularizó 'Max Payne', pero no será hasta dentro de unos meses cuando los fans podrán comprobar en Xbox 360, PS3 y PC si Rockstar ha cumplido las expectativas.
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